Hola personitas, ¿qué tal?
Bienvenidos. Bueno, hoy la verdad es que estoy algo apesadumbrada con el panorama que me ha tocado vivir... Hay que ser sincero ¿no? Bien, chicos, bien es cierto que este blog va de historia pero como os comenté en la anterior entrada, también es para la reflexión precisamente fijándonos en nuestro pasado.
Me llama la atención algunas ideas que pululan por ahí y van tomando forma en el día de hoy con... demasiada facilidad. Ideas que en el pasado serían propias o de dictaduras terribles o de la peor de las pesadillas. Lo que está claro es que no se aprende de la Historia lo que se debería de aprender, sino... las peculiares conclusiones de un par de personajes que solamente miran lo que quieren. Como bien os dije también en otra entrada, últimamente se está poniendo de moda el inventarse la Historia, y no es fácil denunciar lo que ocurre sin ser tachado de intolerante o cosas del estilo. Hay una falta de madurez y de objetividad pasmosa, algo que nunca se hubiese esperado ver. Me cuesta creer que compartamos mundo con Sócrates, cuyo dicho universal es "sólo sé que no sé nada", con Escipión el Africano, con Santo Tomás de Aquino, con Octavio Augusto, con Santo Tomás Moro, con... con tantos personajes más que notables que un día vivieron aquí... Por desgracia, personajes de semejante altura si reviviesen volverían corriendo a su tumba y añorando el descanso eterno.
Santo Tomás Moro será el protagonista de la siguiente entrada de este blog. |
¿Por qué tales conclusiones? Bueno, he aquí una de las muchas respuestas. Hemos perdido el norte en muchos temas, hasta tal punto que se discute sobre temas que en cualquier momento de la historia se reirían de nosotros por cometer tal atrocidad y burrada al mismo tiempo. Los héroes de toda la vida pasaron a ser villanos, y los villanos que anteriormente se castigarían con suma diligencia ganan hoy apoyo entre aquellos que parecen no ver más allá y... pensar en los demás.
Un mapilla algo antiguo. |
Cuando cité la frase de Sócrates, he de reconocer que lo primero que pensé fue en los todólogos, como les llaman algunos. Personas, o casi personajes de una novela bastante mala, que creen sabérselas todas. Existen, sí, y son los que más jaleo arman. Se pronuncian juicios como si nada, y se publican también como si nada... y al final, si se les discute te insultan y se acabó todo... para ti. La prudencia, la sabiduría, el afán de entender, el afán de ser objetivos, incluso de ser buenos... Deberíamos recuperar muchas de las lecciones que nos han dado, que no queden en el olvido: escuchar... sin hablar, sin interrumpir... pensar, con calma, razonando... Entendiendo que no hay mayor sabiduría que la del pasado, porque son miles de millones de vidas, todas y cada una de ellas con sus más y sus menos... con sus lecciones. No las cuestionemos... no nos creamos mejores, solamente escuchemos. Y aprendamos.
Aquí no se aprende nada del pasado... En todo caso algunos se acuerdan de él solo para remover mierda, incitar al odio, o manipularla a placer...
ResponderEliminarY la raza de los todólogos hay que irse acostumbrando a ella, que yo en mi consulta la mitad de mis pacientes ya me diagnostican sus dolencias como si tuvieran el doctorado en Medicina... cosas de la Wikipedia e internet...
Espero que para el post de Tomas Moro no tardes dos meses XD