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lunes, 6 de octubre de 2014

Consejillos


Buenas tardes, queridos lectores:

Disculpad la prolongada ausencia que he tenido durante estos días, pero por motivos de salud de mi novio he dejado un poco abandonado esto. Pero bueno, ya he regresado como veis.

Hoy voy a escribir una serie de, como dice en el título, consejillos para cuando veáis alguna noticia, leáis algún libro o simplemente os intereséis en un tema histórico o con relación hacia la historia os deis cuenta de si os están dando una información falsa o no confiable (como mínimo). 

¿Os interesa saber el por qué de este tema? Quizás sí, ya que no es algo de lo que se suela hablar. No obedece a la tónica común el intentar dilucidar si todo lo que nos muestran los medios es verdadero o falso al 100%, al 50%, al 20%... Quién escribe o habla de esa información, con qué propósito, etc es algo notablemente importante. Y es que siempre hubo la publicidad de ideas, desde el principio de la historia: ¿quién no ha adornado una batallita para darse aires delante del resto? Pocos, la verdad. Pues bien, de eso no nos libramos hoy en día: es más, mentir resulta hasta rentable. Demasiado, para mi gusto.

El Árbol del Edén era de chocolate.


Un ejemplo, ya lejos de entrar en ideologías estrafalarias o no, muchos artículos de periódico que he leído mandan un claro mensaje a la humanidad: esto, casualmente, es según nuestros idearios: ¡viva nuestro ideario! Voy a inventarme un ejemplo para ilustrar esto: supongamos que a mi me fascina el chocolate (fijaos qué tontería, pero ahora me entenderéis) Y como a mi me fascina y quiero dar publicidad  a mi producto/ideario/loquesea digo que personajes que me encantan como Napoleón, Augusto y Sócrates eran consumidores habituales del chocolate. Y es más, si por ejemplo Napoleón consumía chocolate alguna vez, diré que lo consumía siempre que podía y que escribía cartas en las que instaba a sus compañeros a probarlo y a aficionarse a dicho dulce. ¿Me entendéis? Es fácil hoy en día propagar mentiras, exageraciones o sacarlas fuera de contexto: todos tenemos acceso a internet, al periodico. Y muchos creerán y difundirán lo que han visto o leído, y lo pueden leer desde China hasta el barrio de Coruña de Monte Alto. ¿Consecuencia? Nada bueno.

Colón era chino, y quien me diga que no es un racista. He dicho.

Por ello os pido sobretodo sentido común, informaos bien sobre un tema y poneos en el contexto de la época: no podéis ser políticamente correctos aquí. Además hoy en día hay una obsesión generalizada con temas como las drogas, el sexo, la igualdad, etc que trastoca la visión del pasado. E incluso la nuestra actual: preguntarse por qué ocurren ciertas cosas y buscar su origen de verdad, sin basarse en idealismos contaminados en muchos sentidos como pueden ser nuestra idea de libertad, de igualdad (llevada al extremo como últimamente ocurre), etc. Hoy en día lo raro se convierte en normal (es decir, lo que ha sucedido siempre en el pasado) y lo raro en normal: un claro ejemplo es la tendencia al rechazo de costumbres y creencias, o a casos tan claros como la maternidad. Sea por lo que sea, no se puede aplicar. Y si de verdad queréis saber, por ejemplo, los modos de pensar y los malos y buenos ejemplos de los griegos (por hablar de una gran civilización) leed la Ilíada y la Odisea, mirad los restos de sus templos y las ánforas y platos decorados que se cuentan por millares. 

Es mi consejo: tomadlo o dejadlo. Pero si os habeis quedado con ganas de chocolate, que os quede claro que es la base de la pirámide alimenticia: y quien os diga que no, no sabe de lo que habla... Estos ignorantes... 

Muchos besos, niños.


3 comentarios:

  1. Pues yo tengo entendido que a lo que era adicto Napoleón era al CAFÉ.
    Ya en serio, la manipulación de los medios existe desde que existen los propios medios. El problema es la gente que no aprende y sigue zombificada delante de esos medios y reyendo todo lo que les cuentan de forma automática y sin pensar.

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    1. El problema es el acceso y la radicalidad del alcance. Antes todo estaba más limitado... En fins, es lo que toca.
      Gracias por comentar ^^

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  2. Ah, pues si Napoleón tomaba chocolate, voy a seguir su ejemplo y a tomar un poco antes de irme a dormir. Todo sea por imitarle en sus buenas costumbres!

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